¡Hola a todos!
Os escribo estas líneas, que os hago llegar por esta página parroquial que tanto nos une, para daros las gracias por tantas muestras de cariño y afecto, vuestros buenos deseos y oraciones con motivo de mi reciente ordenación como diácono. También, desde aquí, hago extensible mi agradecimiento los vecinos del valle de Ruesga y Arredondo, donde serví como seminarista en el curso 2016-17.
Mi historia está muy ligada a Soba, como bien sabéis, por ser hijo de sobanos. Y una parte de mi corazón está en esta comarca, en esta "pequeña Suiza". Y parte de mi historia hacia el sacerdocio, que recibiré dentro de unos meses, está ligada a vosotros y vuestros curas: a Carlos, que fue el primer cura que me hizo caso; a D. Antonio por su gran ejemplo y testimonio, su cercanía y su cariño; y a Eduardo por su sabiduría y consejos. Y como no, a nuestro diácono José Luis, al que conozco hace muchos años por la gran amistad con su hijo José Luis. Por eso, y más, no puedo más que dar las gracias. ¡Muchas gracias a todos por tanto!
El diácono es el servidor de la comunidad y aunque, físicamente, no estoy trabajando en Soba y Ramales (en estos momentos me encuentro en la parroquia de Cueto-Santander), me tenéis siempre a vuestra disposición.
Un abrazo enorme y mi oración por todos vosotros,
Ramón Gómez Ruiz, diácono.