lunes, 30 de enero de 2017

Reflexiona cada dia

Empezar de nuevo
30 enero, 2017 por Mater Dei.

Cuando la tristeza nos domina solemos caer en el desencanto por las cosas sencillas. Nos cuesta “remontar el vuelo” cuando se trata de aceptar la derrota sufrida, o ese desengaño de aquel en quien confiábamos. Si se nos pide que pongamos buena cara, o que vivamos con aceptación el varapalo correspondiente, solemos enfurecernos más, encerrándonos en nosotros mismos y en ese mecanismo cerrado de la autocompasión con nuestra propia miseria. ¿Cómo empezar de nuevo?

Recuperando el encanto por la sencillez que habíamos despreciado. No es ningún manual de “autoayuda” lo que necesitamos, sino una mirada de comprensión hacia nuestro interior. Aprender a quererse, a aceptarse, no es ninguna forma de egoísmo. El mismo Señor nos dice que hemos de amar a los demás como a nosotros mismos.
Esa es la sencillez de la vida: reconocerse como uno es, en lo bueno y en lo malo, en la tristeza y en la alegría, en la victoria y en la derrota. Siempre contaremos con la mano amiga de Dios que, además de no abandonarnos, recomenzará con nosotros… una y otra vez, una y otra vez… Dios no se cansa de empezar, “sólo” nos ama tal y como somos.

domingo, 29 de enero de 2017

Bautizo en Ramales de la Victoria

Este domingo hemos tenido un bautizo en la parroquia de Ramales de la Victoria. Ha recibido el sacramento Bruno Arrate Ortiz, hijo de Juan Antonio y Soledad

Felicitar a su familia y a la comunidad por este bonito día.






Reflexiona cada dia

“¿Eres Tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”
29 enero, 2017 por Mater Dei.

Vivimos en un mundo repleto de profetas. Unos, vaticinando catástrofes, otros prometiendo el oro y el moro. Ser asesor de imagen es uno de los grandes negocios de nuestros días. Se trata de vender lo que no se tiene o lo que no se es. Y para ello, todo un grupo de profesionales se reúne para estudiar cuál es la demanda popular o ver cómo introducir en el mercado un producto que, a base de anunciarlo, se convertirá en una falsa necesidad. Esto que la publicidad consigue para las “cosas” puede aplicarse también a tantos hombres que, en el orden político, cultural, o en el espectáculo, son transformados en los nuevos mesías  de nuestra época. ¿A quién hay que hacer caso?
Si en algo nunca cayó nuestro Señor fue en la manipulación. Se presentó ante su pueblo “tal cual” era. Además de proclamarse Hijo de Dios, le acompañaron sus palabras y sus obras, “sin trampa, ni cartón”. De esta manera, los discípulos del Bautista acuden a Jesús para que les resuelva el enigma de si era él al que habían que seguir. “Decid a Juan lo que habéis visto: los cojos andan, los ciegos recobran la vista, y los enfermos son sanados”. Por ello, Jesús nunca fue bien visto ante los que habían dado la espalda a Dios, comenzando por los que ejercían la autoridad religiosa en Jerusalén.

Tú y yo no tenemos que esperar a “otro”. El que tenía que venir ha llegado y nos ha obtenido la salvación definitiva. Lo que se nos pide es coherencia de vida y correspondencia ante tanto bien recibido. La coherencia es actuar conforme a lo que hemos recibido, es decir, vivir como verdaderos cristianos en nuestro pensar, obrar y decir. La correspondencia no es otra cosa que dejarnos querer por el amor de Dios y, así, amar a los demás. Porque “Dios ha tomado de lo nuestro, para darnos de lo suyo”.

jueves, 26 de enero de 2017

Funeral y entierro en Ramales de la Victoria




Difunto: Cristóbal Cano Ortiz

Fecha: 27 de enero, viernes 

Hora: 17:00

Tanatorio: Alto Ason (Riancho)

Triduo:
28 de enero, sábado, a las 20:00
29 de enero, domingo, a las 12:00
31 de enero, martes, a las 19:00

Reflexiona cada día

Robar el paraíso a Dios
26 enero, 2017 por Mater Dei 


Jesús, destrozado por las heridas y agotado por la subida hasta el Calvario, se va consumiendo en la Cruz. Le han crucificado entre dos convictos. Entre insultos e improperios, la voz entrecortada de Jesús va recitando retazos de esos salmos que dan fiel cumplimiento a la profecía: Él es el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Pudiera parecer una cruel paradoja esa vida que agoniza en un madero, cosido con clavos y coronado de espinas. Sin embargo, mientras uno de esos dos ladrones lanza blasfemias contra el Justo, el otro, tímidamente, pide compasión, acariciando la misericordia que, a borbotones y, entre chorros de sangre, sale del corazón divino de Cristo. “Acuérdate de mí cuando estés en el Paraíso”.
La ternura de Dios alcanza a todos los hombres y, de manera especial, a aquellos que han vuelto a la casa del Padre con sencillez y sin reservas. ¡Bendita fiesta en el Cielo por un alma que vuelve su rostro al amor de Dios! “Aunque una madre se olvidara de su hijo, Yo nunca me olvidaré de ti”. Y esa promesa alcanza al hijo de María que, moribundo, dirá al ladrón arrepentido: “Te aseguro que hoy entrarás conmigo en el Paraíso”. ¡Qué fácil es “robar” a Dios su corazón cuando, con arrepentimiento sincero, le reconocemos como el único que puede apagar nuestra sed! Hoy, aquí y ahora, haz el propósito de poner tu corazón junto a ese otro, llagado y maltrecho, del que sólo mana piedad y compasión por todo aquello que te hace sufrir y llorar.
Tú también serás capaz de “robarle” el Paraíso a Dios, y no habrá ya otra cosa que ocupe tu vida. Sólo los que aman, ¡de verdad!, pueden decirse semejantes locuras.

miércoles, 25 de enero de 2017

Reflexiona cada día

Le pusieron por nombre Jesús” (Lc 2,21)
25 enero, 2017 por Mater Dei 

En el principio de la creación, sólo Adán recibió de Dios el mandato de poner nombre a todo lo creado, “para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera” (Gn 2,19). Ni siquiera los ángeles creados pudieron participar de este privilegio divino. Era algo que Dios tenía reservado para el hombre, a quien quiso desde siempre entregar el gobierno de su obra creadora, haciéndolo dueño y señor de las criaturas que están por debajo de él. Era algo propio del hombre, no de ángeles, porque el Verbo creador, Dueño y Señor de todo, había de hacerse hombre como nosotros y no ángel. Sólo María recibió de Dios el nombre que había de poner a su Hijo. Impresiona que Dios se inclinase así ante esta Mujer y sólo a Ella diera el privilegio único de poner nombre al Verbo de Dios.
El señorío no está ya en el gobierno de las cosas sino en tener a Dios, en esa maternidad divina y virginal que pone nombre humano al Verbo. Y, cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron el nombre de Jesús, el mismo que les había entregado el ángel. ¡Cómo sonaría aquel nombre en labios de María, Madre y señora del mismo Dios! ¡Cómo resonaría el eco de ese nombre humano del Verbo en el corazón del Padre eterno! ¡Cómo ha de sonar en tus labios ese dulce nombre de Cristo, que tanto consuelo y suavidad deja en el alma!
Pronúncialo muchas veces a lo largo de tu jornada, en medio de tu trabajo, cuando vas por la calle, mientras hablas con los demás, cuanto te viene el desánimo o el cansancio. Es la oración del deseo, de quien no sabe dejar de pronunciar el nombre de ese amor que llena su alma.

Funeral y entierro en Aja de Soba





Difunta: Concepción Gutiérrez San Sebastián (Conchita)

Fecha: 26 de enero, jueves

Hora: 12:00

Tanatorio: Alto Ason (Riancho)

Triduo:
28 de enero, sábado, a las 16:30
04 de febrero, sábado, a las 16:30
11 de febrero, sábado, a las 16:30

martes, 24 de enero de 2017

Reflexiona cada dia

“Vayamos a algún lugar a descansar”
24 enero, 2017 por Mater Dei.

La invitación del Señor a sus discípulos viene después de una jornada llena de caminatas y cansancios, predicaciones, encuentros con la gente, diatribas con los fariseos, idas y venidas de una aldea a otra. A todos cayó muy bien esa invitación al descanso. Jesús explayaba su corazón sólo con los suyos; sólo con ellos hablaría abiertamente sobre lo sucedido durante la jornada, o gastaría alguna que otra broma para serenar los ánimos. Esa sencillez de familia, tan propia de un ambiente de amistad y confianza, era el descanso del Señor.

Todos necesitamos del descanso, aunque a veces no sepamos hacerlo. Vamos acumulando activismo, desorden de vida, imprevistos y contratiempos, contrariedades y agobios, y es lógico que busquemos en los ratos de ocio el reposo y descanso necesario. Pocas veces, sin embargo, buscamos ese descanso en Dios. ¡Hay que aprender a descansar en El y con El! Como un amigo abre su corazón a otro amigo así ha de ser nuestra relación con Él. Creemos, desacertadamente, que nuestro trato con Dios se reduce a un cúmulo de obligaciones y cumplimientos que, al final, añadimos a nuestros afanes diarios como una carga más. Hasta que terminamos pensando cuánto mejor sería emplear ese tiempo de Dios en otro tipo de bagatelas más urgentes.
Aprender a descansar junto a Jesús es, sobre todo, saberse querido y comprendido, no por lo bien que hacemos las cosas sino porque sabemos que nos ama tal y como somos. ¡Cuánto más rendiríamos ante las dificultades con ese descanso que, “a gritos”, nos pide el alma y el cuerpo! No te inventes excusas diciendo que no tienes tiempo para descansar, porque entonces serás un vulgar prisionero de las horas, que te esclavizarán en el burdo mundo del activismo, y serás incapaz de realizar tu actividad para dar gloria a Dios. Sepamos descansar en Dios, que es la mejor de las maneras de no complicarnos la vida con ocios que nos agotan y nos hacen perder el tiempo a nosotros y a los demás.

domingo, 22 de enero de 2017

Funeral y entierro en Ramales de la Victoria



Difunto: Jose Manuel Trueba Hoz

Fecha: 23 de enero, lunes

Hora: 17:00

Tanatorio: Alto Asón (Riancho)

Triduo:
24 de enero, martes, a las 19:00
25 de enero, miércoles, a las 19:00
26 de enero, jueves, a las 19:00

sábado, 21 de enero de 2017

Reflexiona cada dia

Mater Dei » Laña de hoy
¿Qué me ofrece el mundo?
Posted: 20 Jan 2017 04:00 PM PST

El pasaje evangélico del joven rico nos deja, quizá, cierta congoja. Al final del relato el evangelista nos detalla que, debido a sus riquezas, el joven fue incapaz de responder a la llamada de Jesús y “se marchó triste”. Si el mundo es incapaz de procurarme alegrías que perduren, ¿por qué reniego una y otra vez de esa invitación del Señor a seguirle definitivamente? En el mundo no cabe Dios, por eso sólo me provee de mentiras, falsas ilusiones, ambiciones e intereses y, al final, tristeza. Somos capaces de grandes resoluciones y propósitos encomiables, pero llegado el tiempo de la perseverancia, el corazón se agota y no encuentra la fuente adecuada donde calmar su sed. ¿El motivo? Constantemente caemos en el espejismo de que es aquí, en la idolatría de lo temporal, donde puedo alcanzar la felicidad. Ese deseo de reconocimiento, ese teléfono que “lo hace todo”, ese vestido con el que “siempre” causaré admiración a todos, el coche “definitivo”, el bolígrafo que “nunca” agotará su tinta, el ordenador que “jamás” habrá de ser reparado, el “pelotazo” económico con el que cubrir el resto de mis años…

En cada uno de esos sueños siempre hay un halo de eternidad, porque el corazón del hombre está llamado a ser dichoso ¡siempre! Sin embargo, detrás de lo ilusorio que hay en lo caduco existe un profundo e inconsciente deseo de que con mi sólo esfuerzo, o, con esa suerte que siempre me acompaña, todo girará, algún día, alrededor de mi, y seré, por fin, “eternamente” feliz. ¿Es eso la felicidad? Observa, de verdad, al joven rico, a quien Jesús había mirado con cariño porque desde niño había cumplido los mandamientos. Le faltó lo fundamental: pasar del cumplimiento de las normas a la amistad íntima con Dios sin condiciones. Sólo en esa entrega encontrarás la auténtica alegría, porque dejarás de ser esclavo de lo finito y vivirás en la libertad de quien lo tiene todo: el corazón de Cristo, vencedor del mundo, que me entrega la dicha de la eternidad por amor.

Carta de nuestro obispo don Manuel Sánchez Monge sobre la jornada de la vida consagrada


jueves, 19 de enero de 2017

Funeral y entierro en Cañedo de Soba



Difunto: Basilio García Gutierrez

Fecha: 20 de enero, viernes

Hora: 15:30

Triduo:
22 de enero, domingo, a las 13:00
29 de enero, domingo, a las 13:00
05 de febrero, domingo, a las 13:00

Reflexiona cada dia

Mater Dei » Laña de hoy
“Me ha sido dado todo poder”
Posted: 18 Jan 2017 04:00 PM PST

El poder suscita un gran fascinación. Por él hemos inventado guerras, diplomacias, dominaciones, usurpaciones, asesinatos, traiciones, engaños, consensos… Es cierto que hablar de poder, en sentido absoluto, no es una palabra que se tenga como “políticamente correcta”, pero, también es verdad, que quien tiene y emplea el poder lo “venderá” ante los ojos de otros con distintos disfraces: lo conveniente, algo transitorio, fruto de la democracia, la voluntad del pueblo… Y cuando ya está uno en lo más alto, desde abajo se maquinan métodos para derrocar (da igual la forma política imperante) al que consideran tirano, inepto o totalitario. “No sea así entre vosotros”, dice el Señor a sus discípulos.

La clave la dará Jesús, contradiciendo cualquier experiencia humana hasta entonces, en el “servir a los demás”, y en “el que quiera ser primero, sea el último”. Sin embargo, al final del evangelio de Mateo, reunidos todos los que seguían a Cristo en Galilea, en el monte de la Ascensión, oyeron de sus labios estas palabras: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra”. ¿Contradicción de sentencias? No. Una única realidad: porque el Hijo de Dios, hecho carne, ha sido capaz de servir, hasta dar la vida por cada uno de los hombres y mujeres de la historia, pasada, presente y futura, se le ha otorgado el único y absoluto poder sobre todo lo creado.

Nuestra manera de ver las cosas podrá ver en ese reinado de Cristo un despotismo exacerbado y desproporcionado. Pero ya Jesús avisó a Pilatos que “mi Reino no es de este mundo”, que es como decir: “tu mundo, Pilatos, no existiría sin el Reino de Dios”. ¿Dónde está la respuesta? Pues en aquello que podemos leer en el Antiguo Testamento: “Mis caminos no son vuestros caminos, mis planes no son vuestros planes”, dirá Dios al Pueblo de Israel… y a cada uno de nosotros. Procuremos servir al prójimo, empezando por el más próximo, como el mismo Jesús nos ha servido: sólo y exclusivamente por amor, sin esperar nada de este mundo, que es la mejor manera de dar la vida, día a día, momento a momento… y el Reino de Dios ya comenzará a nacer en nuestros corazones.

Monaguillo de la semana



martes, 17 de enero de 2017

Reflexiona cada dia

Mater Dei » Laña de hoy
“Vivía sujeto a ellos” (Lc 2,50)
Posted: 16 Jan 2017 04:00 PM PST

Impresiona que el evangelista resuma la mayor parte de la vida de Cristo en esas pocas palabras. ¡Cómo se sometió el Señor a la ley de los hombres! Y ¡cómo debemos someternos tu y yo a la ley de Dios! El Verbo encarnado se somete a la autoridad de los hombres para enseñarte a ti y a mi el valor redentor de la autoridad y de la obediencia. Ambas han de nacer de la verdadera caridad, si no quieren convertirse en autoritarismo postizo o en sumisión hipócrita y servil.

El servicio de la autoridad tiene mucho de ese Cristo del cenáculo de Jerusalén que se inclina para lavar los pies de sus discípulos. La obediencia tiene también mucho de ese Cristo de Getsemaní que, por amor al Padre, renuncia a su propia voluntad y llega hasta la Cruz, que es el extremo del amor. Ni Gersemaní ni el cenáculo de Jerusalén se explican sin esa obediencia de Dios, tan oculta y aparentemente tan absurda, durante los años de vida de familia en Nazaret. Y, sin embargo, en esa obediencia está escondido el mayor de los misterios de Dios, que es la entrega del Hijo Unigénito a la sola voluntad del Padre de los cielos. Y así, en esa obediencia, se realizó la redención de los hombres. Examina cómo es tu actitud obediencial.

Cultiva, en ese día a día de tu vida, ese espíritu de caridad obediente hacia todos, principalmente hacia los que tienes más cerca, hacia aquellos con los que pasas más tiempo o dedicas más trato. Cuida tu forma de ejercer la autoridad, que nunca has de confundir con el poder, el autoritarismo o la imposición. Si quieres, siempre encontrarás excusas, justificaciones, defectos personales, piadosos buenos motivos para no obedecer a tiempo, de buena gana, sin quejas, sin dejarlo para más tarde. Si quieres, siempre podrás encontrar en tus superiores y en los demás motivos más que suficientes para ver la obediencia como un absurdo. Pero, si quieres, puedes convertir ese deber de la obediencia en una ocasión preciosa para parecerte un poco más a tu Cristo, a ese Hijo que existe sólo en el Padre y para el Padre.

Funeral en Ramales e la Victoria



Difunto: José Manuel Gonzalez Paliza

Fecha: 18 de enero, miércoles 

Hora: 17:00

Tanatorio: La Luz, sala 4

Triduo:
22 de enero , domingo, a las 12:00
29 de enero , domingo, a las 12:00
05 de febrero, domingo, a las 12:00

lunes, 16 de enero de 2017

Reflexiona cada día

Mater Dei » Laña de hoy
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
Posted: 13 Jan 2017 04:00 PM PST

Perdonar es difícil, pero nunca imposible. El verdadero perdón nunca va separado del olvido. Perdonar es no recordar la ofensa, haciendo como si nunca hubiera existido. Así perdona Dios, devolviendo a la nada todo el mal que ponemos en sus manos. De la misma manera que su Palabra creadora y amorosa da el ser a las cosas, sacándolas de la nada y del poder del maligno, así también su Palabra sanadora y misericordiosa hace volver a esa nada, al reino de donde salieron, el mal y el pecado de sus hijos.

Tu capacidad de perdón dice mucho de la calidad de tu vida cristiana. Si poco perdonas, poco amas. Si has recibido mucho perdón, eres muy amado. Si quieres ser perdonado, tu también has de querer perdonar. El perdón cristiano no sabe nada de rencores, de gratificaciones y compensaciones, de exigencias ni de derechos. No es solidaridad ni debe ser un mero protocolo de convivencia social y de buenas costumbres.

Perdona, aunque tengas tú la razón, aunque tu perdón no sea conocido por el otro, aunque nadie te lo agradezca, aunque te lo malinterpreten, aunque te suponga la incomprensión, la crítica o la persecución, aunque te cueste lo indecible. Tu perdón es fuente de alegría y de libertad interior. Piensa que, antes que tu perdonases, fuiste también perdonado. Piensa que el mayor perdón lo recibiste tu, sin merecerlo ni pedirlo, en la Cruz, allí donde también recibes el mayor acto de amor. Así ha de ser también tu perdón: capaz de llegar siempre hasta el extremo de la cruz y del amor.

domingo, 15 de enero de 2017

Reflexiona cada día

Tres medidas de harina
15 enero, 2017 por Mater Dei 

De niño, cuando vivía con sus padres en Nazaret, el Señor disfrutaría mucho viendo a su madre preparar el pan. A veces, incluso, metería las manos en aquel montón de harina, intentando ayudar a su madre en la costosa tarea de preparar la masa. El secreto estaba en aquella minúscula y diminuta levadura que se escondía en el interior y que hacía que, al día siguiente, la mezcla fuera mayor. Así era también ese Reino de Dios que el Señor intentaba explicar a las gentes, con la misma fuerza misteriosa y oculta de esa levadura que la mujer esconde en tres medidas de harina.
Tú y yo, a veces, nos sentimos más minúsculos y diminutos que esa levadura, incapaces de tener la misma fuerza que ella. Nos sobrepasan situaciones, problemas, preocupaciones, ambientes de pecado, ideologías torcidas y contrarias a Dios, y crece en nosotros, como enorme montón de harina, el desánimo, la desesperanza, el agobio, el miedo al qué dirán, la apatía. A veces esas tres medidas de harina están en tu ambiente de trabajo, en tu familia, allí donde te topas con situaciones de obstinada incredulidad y de pertinaz alejamiento de Dios. Sin embargo, con ser grande, la fuerza de la levadura siempre será insignificante para explicar cómo es ese poder que esconde en sí el Reino de Dios.
No quieras fermentar por ti mismo toda esa masa de harina que te rodea. No quieras ser tú de esa falsa levadura que pretende cambiar las cosas y las personas sólo por el encanto personal de sus cualidades, habilidades, simpatía, inteligencia, argumentos. ¿Cómo pretendes tú despertar en otros el interrogante de Dios si andas por dentro como ese montón de harina que espera todavía a ser fermentado por la gracia y el poder de Dios? No pretendas dar lo que no tienes y deja que la oración, el trato con Dios, la gracia de los sacramentos, vaya fermentando en ti para hacerte sabroso pan que sacie a tu alrededor tanta hambre de Dios.

viernes, 13 de enero de 2017

Hoja Parroquial Num 259







Cabalgata de Reyes de Santader

Concierto en la Catedral de Santander

Concurso de Belenes en Ramales - 2017

Reflexiona cada día

Mater Dei » Laña de hoy
Aceptarnos como se aceptaron los santos
Posted: 12 Jan 2017 03:01 PM PST

Cuando contemplamos la vida de los santos, una primera impresión que nos puede sobrevenir es la del desánimo ante figuras que han vivido con ejemplaridad una entrega y una renuncia que se nos hace imposible imitar. Incluso se nos antoja que son personajes raros, o que, quizás, nacieron con una serie de cualidades extraordinarias para poder llevar con heroísmo semejante vida. Nada más lejos de la realidad. Si hay algo extraordinario en esos hombres y mujeres es, precisamente, su apabullante normalidad. Tal vez hemos sido influidos por biografías que, siempre con buena intención, han magnificado extraordinariamente sus vidas ordinarias, pero que, al común de los mortales, nos han apartado de una realidad que todos llevamos inscrita en lo más profundo del alma: Dios quiere que todos seamos santos y con una santidad que se asemeje al corazón de Dios. “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”, decía Nuestro Señor. Y, contemplando la vida del Hijo de Dios en el mundo, descubrimos que esa perfección está alejada de cualquier tipo de voluntarismo que nos haga creer que, con nuestros puños y a base de esfuerzos, los méritos adquiridos son nuestros. Sin embargo, si en algo insistió Jesús fue, precisamente, en la necesidad de adquirir sencillez para alcanzar la verdadera sabiduría ante los ojos de Dios. Sencillez, humildad… disposición para abrazar la voluntad divina en todo y para todo.

¿Dónde está, entonces, el problema? En nuestra falta de aceptación. El reconocimiento de nuestros límites es la primera condición para aspirar a la santidad. Nuestro cansancio, nuestra imaginación, nuestros deseos, nuestras ambiciones, nuestros proyectos, nuestras seguridades humanas, nuestros afectos… Estos son los verdaderos condicionamientos que pueden apartarnos de la verdad. No se trata de que nunca nos cansemos, o de que no hagamos planes, o de que no nos sirvamos de la imaginación, o de que no recibamos cariño… El drama está en que en cada una de esas situaciones no contamos con Dios sino con nuestro voluntarismo y, por lo tanto, nos quedamos solos. Y se trata de la soledad más terrible que nadie podría experimentar, porque se vive en la mentira de que soy yo (sólo yo) quien lleva a cabo la única “proeza” de vivir el “día a día” de mi santidad con coherencia y sentido común.

Mira de nuevo a los santos. Son hombres y mujeres como tú y como yo. Personas con defectos y cualidades, con virtudes y pecados, con proyectos y planes. Pero supieron amar a Dios porque se aceptaron tal y como eran, tal y como Dios los quería. Nuestra Madre la Virgen mira con enorme sufrimiento a ese Hijo queridísimo clavado en la Cruz pero su aceptación llega hasta el punto de abrazar la voluntad del Padre por amor… En eso consiste experimentar en la propia historia personal (la tuya y la mía) la ternura y la infinita misericordia de Dios.

Cambios de horarios y misas en la Semana Santa

Debido al mal estado de la carretera de acceso a la ermita de Irias y en previsión del mal tiempo que se anuncia se ha decidido mover la m...