jueves, 11 de mayo de 2017

Reflexiona cada día

Mater Dei » Laña de hoy
Tú, que concebiste en tu seno creyendo, ruega por nosotros
Posted: 10 May 2017 04:00 PM PDT

Las grandes proezas sólo se realizan cuando hay confianza. Sin embargo, la seguridad en nosotros mismos puede ser muy limitada. Hay muchas circunstancias que pueden desanimarnos para no llevar a cabo nuestro propósito. Aquella niña de Nazaret, por muy joven que fuese, tenía su corazón anclado en el corazón mismo de Dios. Ahí ya no caben nuestras expectativas o nuestros proyectos. Sólo cuenta el deseo del Señor.

A la Virgen se le pidió confianza, y Ella nunca exigió una señal. Su fe se alimentaba de amor, y en ese darse de Dios, María concibió en su interior el fruto de su fidelidad: el amor de Dios hecho carne.

Qué importante es vivir con el convencimiento de que muchas de nuestras frustraciones o desánimos están motivados por nuestra falta de confianza en Dios. Nos puede la autosuficiencia y el afán de caminar sólo cuando tenemos seguro el apoyo de nuestras seguridades humanas. En cambio, es la confianza y el abandono oscuro en la providencia de Dios la que nos hace desterrar el agobio en nuestras acciones o deliberaciones. Sabemos que viviendo con fidelidad el plan de Dios en nuestra vida, podremos ver, incluso en aquello que a los ojos del mundo es una derrota, el resplandor del triunfo de lo divino: la humildad que genera un alimento que salta hasta la vida eterna.

«Concibe» en tu interior esa gracia del Espíritu Santo, y tu fe quedará robustecida. Con esa gracia habrás de recuperar la confianza y la descomplicación de los niños, pues nunca deja el Señor de ser tu Padre, aunque tú renuncies a ser hijo. Alimenta ese resquicio de fe que llevas en tu seno, para que nazca en ti esa vida de Dios que has de comunicar al mundo.

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