Nuestro querido obispo, don Vicente Jimenez, no pudo acompañarnos en el homenaje, pero envió en su nombre al vicario don Jose Olaiz, que además fué el sacerdote que hace 49 años subió a don Antonio por primera vez al valle en su moto.
Este es el mensaje que don Vicente escribió a don Antonio:
MENSAJE DEL OBISPO DE SANTANDER
PARA EL HOMENAJE A D. ANTONIO LÓPEZ MADRAZO
Rozas de Soba, 14 de agosto de 2010
+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander
Es para mi un motivo de alegría participar, a través de este Mensaje, en el Homenaje público, que la Parroquia de Rozas de Soba, Autoridades y fieles de Ramales de la Victoria y del Valle de Soba rinden al Rvdo. Sr. D. Antonio López Madrazo, con motivo de sus cuarenta y nueve años de sacerdocio y en reconocimiento a su larga y fructífera labor pastoral durante este tiempo en el Valle de Soba y en Ramales de la Victoria.
Es un homenaje, que dignifica y engrandece al pueblo de Rozas de Soba y a sus organizadores, porque el honor está en el pueblo que honra a nuestro querido sacerdote, D. Antonio.
Como Obispo de la Diócesis de Santander me asocio muy gustosamente al merecido homenaje. Le agradezco sinceramente su entrega generosa y su servicio fiel y alegre a la Diócesis en las diversas misiones que se le han confiado los distintos Obispos y, de modo especial, reconozco su labor pastoral como párroco, padre y pastor, hermano y amigo.
Hoy es para D. Antonio un día para la acción de gracias; para elrecuerdo; y para los proyectos de futuro.
Acción de gracias. Me uno al coro de agradecimientos, porque el Señor ha estado grande con D. Antonio, en su nacimiento de padres cristianos en Santoña, el 13 de noviembre de 1935; y en su ordenación sacerdotal, el 18 de marzo de 1961. Durante estos largos 49 años de ministerio sacerdotal, D. Antonio ha anunciado la Buena Noticia del Evangelio de Jesucristo, ha celebrado los sagrados misterios y ha servido con corazón de pastor a sus ovejas, que conoce y por las que da la vida. ¡Cuántos proyectos pastorales soñados y realizados!. ¡Cuántas iniciativas llevadas a cabo en el campo pastoral, social, docente, cultural… Todo un programa para recrear y avivar la conciencia comunitaria de los pueblos, que creen en su autoestima y posibilidades de futuro y de desarrollo humano integral.
Recuerdo. Recordar es “volver a pasar por el corazón” las personas y los acontecimientos de la vida. Y hoy se agolpan en el corazón de D. Antonio multitud de acontecimientos y experiencias que ha vivido entre sus feligreses, a los que lleva en su alma y en su corazón y quiere como padre, hermano y amigo. Hoy recuerda todos los años, días y horas gastados por amor en el ejercicio del ministerio: predicación, celebración de los sacramentos y pastoreo de la comunidad, porque“oficio de amor” es pastorear la grey del Señor.
Proyectos de futuro. Día, finalmente, para los proyectos de futuro. Dice un autor que “el hombre es tan viejo como sus recuerdos y es tan joven como sus proyectos” (Rudyard Kipling). D. Antonio tiene todavía el corazón joven, porque sigue amando a sus gentes, y por eso tiene proyectos de futuro para seguir gastando la vida en favor de sus fieles.
Mirando al futuro con esperanza, le exhorto con las palabras de San Pablo a su discípulo Timoteo: “cumple tu ministerio” (2 Tm 4, 5) y “reaviva las brasas y el carisma que el Señor te dio el día de la ordenación” (2 Tm 1, 6).
Hoy nos inclinamos con respeto y gratitud ante D. Antonio, que ve recompensada una vida de entrega a Cristo y a la Iglesia, en comunión solidaria con los sacerdotes del Arciprestazgo de La Bien Aparecida. Hoy es un día de cosecha de frutos: los frutos de lo aprendido y compartido; los frutos de lo sufrido y gozado; los frutos de lo proyectado y conseguido. Como en la parte final de una grandiosa sinfonía, recogemos los grandes temas de su vida sacerdotal en un poderoso acorde para decirle: ¡ MUCHAS GRACIAS, D. ANTONIO!
Con mi afecto y bendición,
+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander